En el transcurso de los primeros
siglos de la Edad Moderna surgió en Europa una nueva organización política, el Estado
Moderno.
Su creación y consolidación fue el
resultado de un largo proceso que se inició con el nacimiento de los Estados
monárquicos y la centralización del poder en la figura del rey.
Estos Estados monárquicos
fortalecieron su poder en detrimento de la nobleza feudal, para lograr
imponerse por sobre los múltiples señoríos que habían surgido a partir del
desarrollo del feudalismo medieval. Crearon ejércitos propios,
consolidaron la administración del reino, y aseguraron y expandieron sus
fronteras mediante guerras, alianzas o casamientos.
Entre los
factores que favorecieron el surgimiento de los Estados monárquicos, destacan:
el aumento del poder de los reyes desde
fines de la Edad Media por el debilitamiento de los señores feudales, debido al
desarrollo de las Cruzadas y los conflictos entre señores; la alianza con la burguesía, que a cambio
del apoyo financiero a los reyes deseaba más libertades para desarrollar sus
actividades comerciales; el dominio y
control de los territorios, pues a partir del siglo XIV, la justicia y la administración
pasaron a estar bajo el control de las monarquías que, con ello, pudieron
garantizar el cobro regular de impuestos y así aumentar su riqueza.
Los primeros
Estados monárquicos fueron Francia,
España e Inglaterra, mientras que el Sacro
Imperio Romano Germánico siguió manteniendo un sistema con rasgos feudales,
en los que los príncipes participaban en la elección del emperador, que luego
era coronado por el Papa.
LAS CIUDADES-ESTADO ITALIANAS
En la península
itálica, el Estado moderno se expresó en un sistema distinto a los Estados
monárquicos. Desde el siglo XI, producto de la importancia que adquirió el
intercambio comercial, las ciudades desarrollaron su autonomía política.
Algunas de ellas consiguieron libertades otorgadas por los reyes, lo que les
permitió constituirse como ciudades-estado
independientes.
Ejemplo de esto
fueron las ciudades del norte de la península: Génova, Milán, Venecia y
Florencia, cuya administración presentaba las características del Estado moderno.
Se trató de ciudades ricas e independientes, que se organizaron en su mayoría
como repúblicas, gobernadas por
familias poderosas y con instituciones políticas propias.
EL PARLAMENTARISMO EN INGLATERRA
En
Inglaterra, durante el siglo XVI, el rey estableció acuerdos con nobles y
burgueses para poder gobernar. Se determinó la admisión de representantes de las
ciudades, burgos y condados en el Parlamento. Sin embargo, en 1603 subió al
trono Jacobo I, primer rey de la dinastía Estuardo, que se caracterizó por
mantener el control absoluto de su gobierno. La consecuencia inmediata fue el
conflicto permanente con el Parlamento y el estallido de tres guerras civiles
entre 1642 y 1651.
En 1688 la
dinastía Estuardo fue derrocada sin derramamiento de sangre, razón por la cual
este hecho se conoce como la Revolución Gloriosa. El Parlamento entregó la
corona a Guillermo III de Orange, quien aceptó sus términos. Se estableció así
una monarquía parlamentaria, que tendió al equilibrio de poderes entre el rey y
el Parlamento, consagrándose algunos derechos como la elección de los miembros
del Parlamento sin intervención de la Corona. El poder del rey quedó más
restringido y, desde ese momento, requirió de la autorización del Parlamento
para crear impuestos o suspender leyes.
EL PODER ABSOLUTO DE LOS REYES
En
territorios de los estados modernos de las actuales Francia y España, la
concentración del poder en las manos del monarca fue un proceso que se
consolidó entre fines del siglo XV e inicios del XVI, momento en que los
Estados territoriales transitaron hacia una administración de poder absoluto,
forma de gobierno que predominó en Europa occidental hasta el siglo XVIII. Uno
de los argumentos en que se basó el poder absoluto, fue la teoría del derecho
divino, defendida principalmente por Jacobo Bossuet (1627-1704), clérigo e
intelectual francés.
Como en todo proceso histórico, sobre el absolutismo existen diferentes puntos de vista historiográficos, como los del historiador francés Roland Mousnier y el inglés Perry Anderson.
Durante el período en que se desarrolló el absolutismo (siglos XVI al XVIII), la organización social predominante en Europa se caracterizó por su división en estamentos, grupos sociales determinados por el nacimiento: nobleza, clero y estado llano.
Como en todo proceso histórico, sobre el absolutismo existen diferentes puntos de vista historiográficos, como los del historiador francés Roland Mousnier y el inglés Perry Anderson.
Durante el período en que se desarrolló el absolutismo (siglos XVI al XVIII), la organización social predominante en Europa se caracterizó por su división en estamentos, grupos sociales determinados por el nacimiento: nobleza, clero y estado llano.
ESPAÑA
Entre los
siglos VIII y XV, el actual territorio español correspondía a un conjunto de
reinos cristianos y musulmanes. El camino hacia la unificación del Estado y la centralización
del poder estuvo marcado por una serie de acontecimientos que permitieron el
desarrollo de este proceso.
El
casamiento de Isabel I de Castilla y
Fernando II de Aragón (1469) inició
la unificación de sus reinos. El proceso continuó con la toma de Granada, ocupada desde el siglo VIII por los musulmanes, y
la llegada de Cristóbal Colón a
América en 1492, que extendió el Imperio hasta el otro lado del Atlántico. Los
reyes se empeñaron en unificar la religión, la lengua, la política exterior, y
organizar la hacienda pública y el ejército.
Carlos I (1500-1558), primer rey de la
dinastía de los Habsburgo, fue
proclamado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V (1519), llegando a gobernar
uno de los mayores imperios del mundo.
Aplicó
medidas centralistas y enfrentó el avance turco otomano por el mar Mediterráneo
y el continente europeo; mantuvo disputas con Francia, y combatió a los
príncipes protestantes en Alemania.
Carlos I
abdicó en 1556. A su hijo Felipe II (1527-1598),
le entregó España, las posesiones italianas, los Países Bajos, y las colonias
de ultramar. A su hermano, Fernando I, le cedió el Imperio y los territorios
austriacos.
Felipe II
modernizó la administración, luchó contra los turcos, enfrentó el alzamiento
independentista de los Países Bajos y mantuvo tensas relaciones con Inglaterra.
Las guerras llevaron a que el Imperio se declarara en bancarrota en 1557, 1575
y 1596.
FRANCIA
Si bien
Luis XIV es el máximo exponente del absolutismo francés, fue durante el reinado
de Luis XIII (1610 - 1643) que se pudo consolidar el absolutismo. El cardenal
Richelieu, presidente del Consejo Real entre 1624 y 1642, amplió las fronteras
hacia el este y el sur; instauró un sistema de intendentes, funcionarios de la
monarquía encargados de las regiones; impulsó la creación de compañías comerciales;
financió la construcción naval y de infraestructura; e inició la colonización
de Canadá, la Guyana Francesa y las Antillas.
GLOSARIO
Estado Moderno: Forma de organización política caracterizado
por la centralización del poder y la unificación territorial y cultural.
República: forma de organización del Estado en la que la
máxima autoridad es elegida por los ciudadanos por un tiempo determinado. Por
extensión se les llama así a algunos regímenes no monárquicos.
Parlamento: asamblea legislativa, es decir, encargada de
crear las leyes. Desde el siglo XIV, en Inglaterra está compuesta por la Cámara
de los Lores y la de los Comunes.
Derecho divino:
doctrina según la cual el rey poseía el derecho soberano de acceder al
gobierno. Este era entregado por Dios a la sucesión hereditaria.
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