La
naturaleza ofrece una amplia variedad de fuentes de energía, de las cuales
obtenemos la requerida para nuestras actividades. Dichas fuentes se clasifican
en convencionales y no convencionales. Las primeras refieren a las de uso
frecuente y las segundas a las que no son comunes y cuyo uso es aún limitado.
En Chile,
entre las fuentes de energías convencionales más importantes, se encuentran el
gas natural, el petróleo, el carbón y la energía hidroeléctrica. Entre las energías
no convencionales, encontramos la eólica, la solar, la geotérmica y la de
biomasa. La mayor parte de estas energías se consideran “limpias”, dado su bajo
impacto en el medioambiente.
Energía
eólica: obtenida a partir del viento.
Energía
solar: obtenida a partir de la luz del Sol.
Energía
geotérmica: obtenida a partir del calor que proviene del interior
de la
Tierra.
Energía de
biomasa: obtenida a partir de materia orgánica, como desechos o restos de
madera.
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