En 1830 los conservadores se impusieron militarmente en la Batalla de Lircay. Durante treinta años gobernaron la república de Chile: organizaron el orden interno, sometieron a la oposición liberal, impulsaron la economía y establecieron una soberanía efectiva sobre el territorio.
Los gobiernos conservadores se caracterizaron por su autoritarismo político, por la implementación de un estado fuerte y centralizado, y por la preservación de la unión entre la Iglesia y el Estado.
Este orden e ideario conservador, fue institucionalizado mediante la promulgación de la Constitución de 1833, que tuvo como ideólogos a Mariano Egaña y Andrés Bello, reforzando el llamado “ideal portaliano”, de cuyo personaje existen hasta hoy visiones confrontadas sobre su figura y aporte político.
A mediados del siglo XIX, el autoritarismo conservador comenzó a
tener oposición en grupos liberales más organizados, como el Club de la Reforma y el Partido Liberal. La Sociedad de la Igualdad, fundada en 1850 por Francisco Bilbao y Santiago Arcos, defendía, entre otras cosas, la separación
Iglesia-Estado y el sufragio sin restricciones.
Francisco Bilbao |
Durante el último decenio conservador se produjeron dos revoluciones
que derivaron en guerras civiles, 1851 y
1859. Los conservadores lograron imponerse en ambas; no obstante, se puso en
evidencia el descontento frente al autoritarismo y los anhelos por modificar la
Constitución de 1833.
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