El período de Independencia en Chile y América fue un proceso que dejó importantes legados, principalmente en el ámbito político. El día en que Bernardo O´Higgins abdicó, Chile ya era una república soberana, es decir, una en la que sus propios ciudadanos, que en ese momento eran una minoría aristocrática, tenían la capacidad de organizarse y crear su propio gobierno, escoger a sus gobernantes, adoptar las leyes que consideran adecuadas, sin necesidad de contar con la autorización de ningún otro Estado.
Con la independencia consolidada, el acuerdo inicial fue crear una república basada en los principios ilustrados, pero cómo debía ser esta y qué normas la regirían, fueron objeto de grandes debates entre los grupos dirigentes de la sociedad.
A
pesar de ese importante logro, esto no significó el fin de la guerra en Chile.
Grupos armados realistas continuaron actuando en los alrededores de algunas
ciudades, a lo que se sumó el control de las fuerzas españolas sobre Valdivia y
Chiloé, hasta 1820 y 1826, respectivamente, y una cuasi guerra civil que
pondría término al período conocido como Patria Nueva, iniciándose, con el gobierno
de Ramón Freire, una nueva etapa en la historia de Chile.
DISPUTA ENTRE LIBERALES Y CONSERVADORES.
El período 1823-1830 en Chile ha sido caracterizado por la historiografía tradicional como un período de “anarquía”, es decir, uno caracterizado por la inestabilidad política, concepto que ha sido modificado por el de “ensayos constitucionales”, el cual destaca el esfuerzo realizado por crear un nuevo orden político republicano.
Durante estos años, la clase dirigente chilena buscó organizar la naciente república y dar impulso a la decaída economía. Al mismo tiempo, las principales tendencias políticas se fueron configurando hasta consolidarse dos grandes bloques: liberales y conservadores.
Tras una década de gobiernos de corta duración y de un encendido debate y lucha por proyectos alternativos de organización de la República, los conservadores se levantaron contra el gobierno liberal de Francisco Antonio Pinto, venciéndolo en una guerra civil, cuyo punto cúlmine fue la batalla de Lircay en 1830. Con este triunfo se puso fin a la Constitución de 1828 y se dio inicio al período de gobierno de los conservadores.
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