lunes, 24 de agosto de 2020

Formación de una sociedad mestiza.


Pese a las diferencias sociales que marcaron a la sociedad colonial, en el plano cultural, las distintas castas convivieron y se influenciaron. Este proceso condujo a la creación de una identidad mestiza nacida a partir del sincretismo. Las expresiones de esta identidad se manifestaron en la alimentación, la vestimenta, el idioma, las creencias y la música, entre otras.

 

En el ámbito religioso, el sincretismo se constata en múltiples cultos que vinculan creencias indígenas con ritos cristianos, como en el caso del culto a la Virgen del Carmen en Chile o a la Virgen de Guadalupe en México; o las fiestas religiosas como La Tirana y los carnavales en el norte de Chile, Oruro en Bolivia y Barranquilla en Colombia. Año a año, miles de participantes asisten a estas celebraciones que combinan elementos originarios de América, África y Europa.


 
En cuanto al idioma, aunque los pueblos originarios adoptaron el español, este fue enriquecido con términos de sus lenguas que aún usamos. Lo mismo ocurrió con la dieta, donde se incorporó el uso de alimentos americanos como la papa, el choclo, el zapallo, los porotos y otros de origen español como la cebolla, el arroz, o la zanahoria. De esta mezcla surgieron algunos platos tradicionales, como las distintas variedades de cazuela, el pastel de choclo, la empanada y las humitas. El folclore latinoamericano y sus ritmos como el huayno y el landó en Perú o el joropo en Venezuela son otra expresión del mestizaje que perdura hasta el día de hoy.



Los grupos sociales durante la Colonia.


Durante los siglos coloniales, en la América española se articuló una sociedad de castas determinadas por la etnia. La sociedad era jerárquica es decir, la posición social de cada individuo dependía del color de la piel y el origen étnico. Se trató de una estructura rígida que proporcionaba escasas posibilidades de surgir o moverse al interior de ella y que dio paso a la creación de numerosas denominaciones para referirse a los distintos grupos sociales: peninsulares, mestizos, castizos, moriscos, mulatos, cholos y zambos son algunos ejemplos de ello.

Frecuentemente, las castas han sido representadas en una estructura jerárquica, en cuyo nivel superior estaba la élite, formada por españoles y criollos (hijos de españoles nacidos en América), quienes configuraron a la aristocracia. Controlaron los cargos administrativos, el comercio, las fuerzas de trabajo y gran parte de las posesiones de tierra
 
Hacia el siglo XVII, los mestizos, resultado de la unión entre españoles e indígenas, llegaron a ser el grupo más numeroso. Algunos de ellos accedieron a beneficios a medida que se asemejaban físicamente a los europeos y adquirían sus cánones culturales.
 
Mestizos, indígenas, esclavos africanos, mulatos (hijos de españoles y africanos) y zambos (hijos de indígenas y africanos) ocuparon la base de la pirámide. Estos sectores populares presentaron una composición diversa en cuanto a su origen étnico y las actividades que realizaron. Como rasgo común, compartieron su condición de mano de obra, su incapacidad de acceder a cargos públicos y su desprotección en lo relativo a derechos.


El proceso de evangelización en América.


Otro elemento que formó parte del proceso de colonización americana fue la evangelización. Junto con la dominación por las armas, los monarcas españoles, que se consideraban a sí mismos defensores de la religión católica, promovieron la conquista espiritual en el mundo americano.

Para extender el cristianismo en América, la monarquía española asumió tareas propias de la Iglesia Católica, como la construcción de templos religiosos, la organización de sacerdotes, el cobro del diezmo y la presentación de candidatos para altos cargos eclesiásticos. Además, se instalaron misioneros pertenecientes a órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos, agustinos, mercedarios y jesuitas, quienes evangelizaban principalmente a través de la educación.


Las órdenes religiosas coincidían en lo indispensable que era la concentración o “reducción” de la población indígena en pueblos de indios, a fin de ejercer mayor control sobre ella. Mediante la predicación y la enseñanza, se transmitía la doctrina cristiana, forzando la adopción de ciertas conductas occidentales, como la monogamia y el matrimonio, que para los europeos constituían prácticas “civilizadas”.

Por otra parte, dado que la gran mayoría de los pueblos indígenas americanos estaban más acostumbrados a utilizar el lenguaje visual que el escrito, las imágenes se convirtieron en el principal medio de difusión de la religión católica.